sábado, 14 de septiembre de 2013

A VALPARAISO

A Valparaíso 19 dic 09 Autor: mauriciobertero En: misceláneos En 1962 Joris Ivens fue invitado a Chile para enseñar y realizar. Junto a sus alumnos hizo "À Valparaiso", uno de sus documentales más poéticos. Éste, muestra el contraste de la prestigiosa historia de este puerto marítimo con el presente, el documental esboza un retrato de la ciudad, construida

sobre 42 colinas, con su abundancia y su pobreza, su día a día en las calles, las escaleras, las vías del tren y los bares. Aunque el puerto ha perdido su importancia, el rico pasado todavía está presente en la ciudad. El film se hace resueno de esta situación ambigua en su estilo poético y dialectal, entretejiendo la realidad de la vida cotidiana (de 1963) con la historia de la ciudad y cambiando del blanco y negro al color. Finalmente nos deja con una perspectiva esperanzadora para los niños que juegan en las escaleras y colinas de esta bonita ciudad. El video Dirigido por el documentalista holandés Joris Ivens, con guión de Chris Marker y con la participación de Patricio Guzmán en asistencia de cámara, este documental ofrece una 'sinfonía urbana' hermosa y políticamente comprometida del puerto de Valparaiso. Ivens nos introduce en el singular paisaje de un lugar que habita con un pie en el cerro y otro en el mar; y entre un pasado de glorias y un presente de deterioro y carencias. Con perfecto ritmo visual, nos presenta no la imagen-postal de la ciudad sino sus contradicciones y singularidades, indagando así en la vida cotidiana de sus habitantes y ofreciendo finalmente un panorama complejo y diverso sobre la vida en el puerto. Este año se estrenó esta versión remasterizada de "A Valparaíso". "El gran valor de esta muestra es que hasta ahora habían circulado muchas copias de calidad regular, pirateadas de la televisión, y ésta es la primera aparición pública de la restauración realizada por la Fundación Joris Ivens de Holanda", comenta Alfredo Barría, director del Festival de Cine que se realizó recientemente en el Museo Naval Marítimo del puerto. Así, cuenta que uno de los grandes cambios estuvo en la calidad de la imagen, el trabajo con el color y la secuencia final, "que ha sido una absoluta novedad para el público", pues en el documental aparecen algunos planos que no estaban en las copias divulgadas hasta ahora. "A Valparaíso" es un documental de creación, con un narrador en off (francés) y sin entrevistas. Por eso considera que "hay una propuesta poética de Ivens, uno de los grandes documentalistas políticos del siglo XX. Y es curioso, porque siendo un militante, con trabajos en Vietnam y la revolución cubana, recaló en Chile para (en 1962) rodar esta película, que muestra las abismales diferencias sociales que existen entre los habitantes del puerto en esa época". El realizador Ivens es uno de los fundadores más influyentes y prolíficos del documental del siglo XX. Sus documentales demuestran un gran interés socio-político así como una distinguida e innovadora cualidad audiovisual. Ya de joven, Ivens, jugó un papel prominente en la vanguardia cinematográfica internacional debido a las influencias que obtuvo del Expresionismo alemán y de la Vanguardia rusa. En los años treinta se consolidó como un director que utilizaba el medio cinematográfico para reflexionar sobre los acontecimientos a escala global, con temas como el Socialismo Soviético, la Guerra Civil española, la lucha de Indonesia por la independencia y las revoluciones de Cuba y China. Ivens hizo más de 80 películas en 20 países utilizando un lenguaje fílmico ingenioso para apoyar a la gente en su afán y esfuerzo por el progreso social, en su lucha contra el fascismo y los principios colonialistas. Sus documentales demuestran un profundo interés en retratar el mundo y sus habitantes durante el siglo veinte, una era de grandes cambios e innovación, marcada por un estilo cinematográfico que se mueve entre los límites del arte y la propaganda. El video ha sido subido a Internet por la revista Bifurcaciones. A muchos, les traspasará un sentimiento de tristeza por la pobreza de Valparaíso en los años '60, fiel retrato de un Chile que se nos fue. Atmósfera similar a la Italia de la postguerra o a España después de la Guerra Civil. Sin duda, un gran documento histórico para las generaciones que no conocieron como fue la vida en el siglo XX. Que lo disfruten. http://mauriciobertero.espacioblog.com/post/2009/12/19/a-valparaiso El Valparaíso que atrapa Texto // Todd Temkin Escritor norteamericano. Magíster en Artes de la Universidad de Minnesota. Ha sido distinguido como poeta emergente por la Academia de Poetas Norteamericanos, y como “Personaje del Año de la Quinta Región", por “El Mercurio de Valparaíso” (2001 y 2002). Presidente de la Fundación Valparaíso; email: ttemkin@fundacionvalparaiso.org Fotografías // Bárbara Gallardo Fotógrafa y Diseñadora multimedia. email: bgallardo@gmail.com; sitioweb Valparaíso es una ciudad surrealista, situada en el umbral que separa la vigilia del sueño. No es una ciudad “bonita” en el sentido tradicional de la palabra, como aquellas modelos de la farándula que constantemente aparecen y desaparecen. Al contrario, es una ciudad-musa, cuya belleza intoxica cuando se revela sólo parcialmente. Valparaíso es como un poderoso narcótico que uno rechaza inicialmente, pero cuando atrapa, la vida jamás vuelve a ser lo que era. Llegué a Chile en 1993. El primero año viví en Ñuñoa (Santiago) y viajaba los martes y jueves a Valparaíso para dictar mis cursos de poesía norteamericana en la PUCV. Cada vez que venía me dedicaba a recorrer un cerro distinto. (A pesar de que existe cierto mito de peligrosidad en Valparaíso, puedo asegurar que en estos diez años he recorrido sus meandros más recónditos y nunca me ha pasado nada. Al contrario, he conocido gente muy amorosa). En los vericuetos de calles olvidadas me topaba con carpinteros, organilleros y señoritas regordetas atendiendo los almacenes. Allí empecé a desarrollar mis primeras teorías de que aquí se constituye un ecosistema humano muy insular y diferente del resto del mundo. Un año después me cambié a Valparaíso, donde sigo viviendo hasta el día de hoy. Hasta hace algunos años persistía una concepción muy fatalista respecto de la ciudad, que impedía armar un discurso “ganador” sobre lo que implica la herencia porteña: a diferencia de otras ciudades patrimoniales, ésta era la más desconocida y menos querida por su propio país. Existía un cinco por ciento de los chilenos que amaba Valparaíso: artistas, pintores, poetas, algunas familias oligarcas cuyos bisabuelos arribaron a este puerto, donde amasaron su fortuna. El otro 95 por ciento lo veía como el lugar que había que evitar en el camino a la vecina Viña del Mar: como una zona pobre, sucia, peligrosa. título: "hacia arriba desde un patio trasero" título: "dónde estuve? adónde voy?" "En esa época resultaba impensable que un país pobre como Chile pudiera desarrollar obras tan complejas; pero la relevancia de Valparaíso como el puerto internacional más importante del Pacífico Sur era por entonces muy grande, y las justificaba plenamente" Sin embargo, hay que recordar que en Valparaíso tuvieron lugar las primeras manifestaciones de tolerancia y diversidad religiosa del país: la iglesia Saint Paul fue la primera de tipo anglicana en todo el Pacífico Sur; el Cementerio de Disidentes fue también pionero en Chile; el Colegio Alemán inició esta cadena en todo el mundo; acá estuvieron, finalmente, las primeras colonias de judíos y palestinos. Todo esto distingue a Valparaíso no sólo dentro de Chile, sino a nivel sudamericano. También tenemos un excelente patrimonio industrial, como los funiculares y grandes obras de ingeniería, que no se solían hacer en países en vías de desarrollo antes del Canal de Panamá. En esa época resultaba impensable que un país pobre como Chile pudiera desarrollar obras tan complejas; pero la relevancia de Valparaíso como el puerto internacional más importante del Pacífico Sur era por entonces muy grande, y las justificaba plenamente. Entre los puntos de Valparaíso que más me seducen se encuentra, en primer lugar, el Cementerio de Disidentes. Se trata de un lugar austero, cuya melancolía irradia la esencia del alma luterana que edificó el Valparaíso del 1800, puro esfuerzo y sacrificio combinado –por supuesto- con una dosis de desdén hacia todo el “floreo” y barroco que predominan en el Cementerio Católico, ubicado justo enfrente. A los chilenos parece no gustarle esa clase de lugares, pero a mí me agradan. Aquí es donde emana con mayor fuerza ese licor adictivo de Valparaíso, en los sepulcros de cientos de inmigrantes que, por la misma razón, prefirieron ser enterrados en este lugar y no en la patria que los vio nacer. título: "píntame la vida" título: "Tengo testigos" título: "anoche tuve un sueño" título: "quien no se aleja, no necesita ruedas" "Personalmente, a mí me gusta el Concepción, por la historia que hay detrás de sus iglesias y sus callejones de extrañas encrucijadas" Destaco también el Cerro Santo Domingo. Para los conocedores es el barrio más lindo de la ciudad, pero su estado de abandono puede espantar a los neófitos. Otros cerros que cada día están más de moda son el Concepción y el Alegre, dos barrios señoriales que no tienen nada que envidiar a los mejores de Europa. Hay ahí un ambiente muy especial, porque en ambos vivieron acaudalados inmigrantes ingleses, alemanes y franceses. Personalmente, a mí me gusta el Concepción, por la historia que hay detrás de sus iglesias y sus callejones de extrañas encrucijadas. Y finalmente el Cerro Bellavista. Su nombre lo dice todo. Es menos señorial pero tiene un trazado muy atractivo, junto con aquella anarquía y caos que tanto admiraba Neruda. Con la casa de la Fundación Valparaíso, el restaurante Gato Tuerto, el Museo a Cielo Abierto y la Sebastiana, rápidamente se está consolidando como un eje para Valparaíso en tanto Capital Cultural de Chile. En fin, Valparaíso es una cebolla con docenas de capas. Uno piensa que conoce Valparaíso, pero se engaña. Uno nunca termina de conocerlo. Jamás. título: "desafiando sueños y la ley de gravedad " título: "en algún lugar del paraíso" "En fin, Valparaíso es una cebolla con docenas de capas. Uno piensa que conoce Valparaíso, pero se engaña. Uno nunca termina de conocerlo. Jamás" http://www.bifurcaciones.cl/003/Valparaiso.htm La cárcel y el parque La transformación de la Ex-Carcel de Valparaíso en Centro Cultural Laura Jordán * Ubicada en el Cerro Cárcel, la que fuera la penitenciaría de Valparaíso hasta 1994 hoy cumple otras funciones. Convertida actualmente en el Parque Cultural Ex–Cárcel, es ocupada por ciudadanos y organizaciones sociales bajo la tutela del el gobierno regional. La riqueza estética de este espacio es innegable, tanto por su valor como fuente de memoria e identidad, como por su importancia como agente cultural de la ciudad. Por ende, el punto de entrada a este lugar como objeto son los cambios de sentido que han operado en él, provocados por su transformación de cárcel en otra cosa. Así, una primera resignificación dice relación con el espacio público, basada en la caída de las barreras de acceso que permitieron el libre desplazamiento de las personas, en la utilización de las explanadas interiores como áreas de esparcimiento para la comunidad y en la potencialidad del lugar de configurarse como propiedad colectiva y anónima. De esta manera, a la vez que es utilizado ahora por los vecinos, hay además una invitación permanente y explícita a inventarlo, que se manifiesta en carteles que llaman a participar y a “hacerse cargo”. Así, la ex-cárcel tendría la particularidad de ser manejada y reflexionada por quienes lo habitan, que la piensan y nombran como “espacio público”, “espacio para todos”. img. 1. "Espacio público, espacio para todos" Una segunda resignificación de la ex–cárcel se relaciona con el patrimonio. A este respecto, desde el año 2000 se realizan en ella actividades culturales “en respuesta al interés de la comunidad por contar con mayores espacios para este tipo de expresiones” 1. Esto coincide con la postulación de Valparaíso ante la UNESCO para inscribirse como Patrimonio de la Humanidad. Es por ello que, enmarcado en el problema del patrimonio y la puesta en valor de una identidad, la ocupación del recinto ha sido de gran relevancia en la aprehensión de esta reflexión y acción por parte de la ciudadanía. Cabe destacar, sin embargo, que los sectores escogidos por el municipio para tal postulación se restringen el casco histórico de la ciudad, esto es, los cerros Concepción, Alegre y Cordillera y el sector de La Matriz. No se incluye, como señala Pincheira (2000, p. 9) “la gran área habitacional que cubre los cerros, que conforma la verdadera imagen de Valparaíso en la memoria colectiva”. Esto, sin duda, nos habla del modelo cultural propuesto y defendido por parte de quienes manejan el poder político. Esta concepción de cultura se ha manifestado en la puesta en marcha de un gran programa para la ciudad, basado fundamentalmente en espectáculos y orientado al fomento del turismo. Este mismo espíritu, como veremos, es el que lidera la actividad desarrollada en la ex – cárcel. Pincheira (2000, p. 5) plantea también que “la conservación de un patrimonio tiene como objetivo el proteger ciertas fronteras mínimas de una cultura, de una identidad; por lo tanto este concepto se extiende desde los elementos tangibles, testimonios materiales de una sociedad determinada, hasta los elementos intangibles, partes de la tradición de un pueblo que estructuran su propia cultura”. En el marco de la globalización, esto adquiere gran importancia y determina que los ciudadanos organizados se involucren en la reconstrucción de este espacio, muchas veces trayendo consigo reivindicaciones políticas, como la participación ciudadana y la legitimación de las tradiciones locales. Este lugar se convierte así en punto estratégico de lucha, ya que con su enorme potencialidad simbólica (y económica) convoca a múltiples sectores a intervenir: ciudadanos, organizaciones sociales, gobierno, empresas, etc. img 2. Aquí puede verse una estancia interior totalmente acondicionada como galería. Nada queda ya de la estética de los pabellones ni de los muros roídos; ésta podría ser una sala de arte en cualquier lugar. Las propuestas de intervención han sido múltiples, cubriendo un rango que va desde su conversión en escuela municipal, albergue estudiantil, centro de negocios, población residencial, complejo turístico, centro cultural y de eventos, cine, sala de conciertos, sala de exposiciones, etc., hasta su acondicionamiento como monumento histórico, considerando la implementación de un archivo, bibliotecas, visitas guiadas y producción cultural propia. La puesta en práctica de cualquiera de estos proyectos supondría tener en cuenta tanto su importancia histórica y arquitectónica como sus potencialidades como espacio público y fragmento estratégico de la ciudad; de esta manera, la conjugación entre el valor de un patrimonio pasado y un patrimonio presente sintetizarían lo identitario. Tomando en cuenta estos elementos, así como el enorme valor pasado de la ex–cárcel, tanto tangible e intangible, sería de esperar que la situación actual del recinto fuera muestra de la preocupación de la autoridad por el patrimonio; mas, según se observa, las prioridades están claramente concentradas en lo cultural en desmedro de la memoria. Las antiguas celdas se encuentran hoy normalmente cerradas, salvo para actividades, programas o visitas guiadas; sin embargo, como se observa en las fotografías, la intención parece ser no usar el lugar como tal, sino como galería. Incluso (como se ve en la imagen 4, tomada desde las escaleras interiores) el acceso se encuentra muchas veces restringido. Este espacio ha sido abierto, no obstante, a la intervención artística, con varias celdas y pasillos pintados o utilizados para instalaciones y exposiciones fotográficas. img 3. img 4. El letrero que aparece apoyado en la escalera, en la imagen 4, señala "Por favor, por su seguridad no subir a pisos superiores". Este tipo de intervenciones invita al observador a percibir las materialidades bajo los códigos del arte; así, la “artistificación” estaría en este caso en la aproximación del sujeto, en la intención de tratar el lugar, la prisión y sus propios objetos como obras de arte. Esto se traslada incluso a los espacios que no han sido físicamente intervenidos, ejemplo de lo cual son las celdas, muy ricas en imágenes, colores, fotografías y dibujos que los mismos presos produjeron en su momento. Así, sumergidas estas producciones en el sistema de significado del arte, son leídas desde su plasticidad, probablemente negando el sentido original del que se encontraban cargadas. img 5. img 6. Dos muros de celda, ambos con mujeres y automóviles -por igual- recortados de revistas. A partir de esto podemos referirnos a una tercera resignificación de la ex – cárcel, esta vez en tanto parque cultural. Como se ha mencionado, la noción de cultura parece inundar el recinto y constituirse en la premisa para quienes trabajan en el lugar. El sitio se encuentra plagado de obras de artistas, algunos populares, otros de la academia: murales y esculturas (como parte de la configuración natural del lugar, en un intento por estetizarlo todo o quizá de dinamizar el triste espacio de otrora, contenedor del dolor), pinturas en el suelo y miles de colores en cada espacio: volantines, marionetas, dulces chilenos, artesanías y juegos infantiles, todo ello presentado de manera cuidadosamente bella, tendiéndose en general a una estética inocente, sencilla en su producción y muy potente en cuanto al significado alegre y optimista que contiene. Otras expresiones comunes son el mural y el graffiti. Hay diversos y se encuentran en grandes murallas y paredes de algunas dependencias, contándose desde intervenciones de la Brigada Ramona Parra (imagen 7) hasta otros más anónimos y populares. img 7. img 8. Dos murales en paredes de la Ex-Cárcel. A la izquierda, la realizada por la Brigada Ramona Parra. He dejado aparte otros murales que tienen que ver con el último punto a tratar: las obras de arte y la utilización de la ex-cárcel como argumento creativo. Desde esta perspectiva, lo histórico se supedita a la producción presente: las viejas rejas, alambres de púas y otros signos de la prisión son utilizados para el arte en una eterna cita, nombrando así la cárcel. Podemos encontrar esculturas, pinturas, intervenciones espaciales, poemas que se refieren al tema. Quizá no en sus individualidades, pero sí en conjunto, éstas pueden llegar a la redundancia. Puede ser que en esta reiteración esté también presente la voluntad de encerrar en la experiencia artística todo lo vinculado a la memoria y al dolor, que –como vimos antes- ha sido algo postergado desde el punto de vista histórico y patrimonial. Así, por ejemplo, en la imagen 9 puede verse un patio lateral del edificio de los reos, donde en lo alto se encuentra una de las estancias de vigilancia de gendarmería, ubicada sobre muros de varios metros de alto. Estos proporcionan, desde fuera, una imagen de la cárcel monumental, y desde dentro, el impedimento de la salida. Podemos ver al centro varias escaleras azules torcidas, deformes. Ellas evidentemente pertenecen a una obra de arte que habla del encierro, de la prisión. El efecto es impactante, por lo brillante del color azul en contraste con la desolación del muro viejo y el pasto seco, y por el contenido ya señalado, ineludible para quien llega a este lugar. Otro ejemplo claro de lo propuesto puede leerse en el poema de la imagen 10. img 9. img 10. A la izquierda, la imagen xx nos muestra la intervención artística con escaleras azules en plástico retorcido, adosadas a los muros de la Ex-Cárcel. A la derecha, el poema anónimo "Pincelada al olvido" reza: "En un rincón de un cerro abandonada / yaces como nave al puerto anclada / tu tristeza te cubre amortajada / sobre tu cielo azul crucificada / quedaste en el olvido destrozada / sin tu gente, sin tus gatos... ya sin nada / cuánta tristeza en tí... cuántos fantasmas / recorrerán tus petreas jaulas / como buscando el don de la palabra / cuando les fue su libertad negada". El mural siguiente (imagen 11), que muestra también la utilización de la cárcel como pretexto, está ubicado en uno de los patios más grandes del lugar, ocupando una muralla larga. Está hecho en forma de comic, en cuadros, y presenta la vida de un presidiario. Se le ve en la celda solo, acompañado por una paloma, y con ella el anhelo de libertad. Este es el primer cuadro. En los siguientes se desarrolla el resto de la historia (imagen 12). img 11. img 12. Los últimos cuatro cuadros aún no se encuentran terminados 2, como se ve en la siguiente fotografía (imagen 13), lo que devela el permanente proceso de construcción en el que se encuentra la ex – cárcel, carácter que se lo da, en gran parte, el hecho de ser ocupado por diferentes grupos e individuos que buscan y encuentran aquí espacios para expresarse. El carácter desordenado de lo popular, que siempre está presente, en constante producción, se hace evidente en lo inconcluso y cambiante. En el mismo patio, de hecho, pueden verse esculturas en fierro que se encuentran calzadas sobre rejas. Muchos de los materiales son de desecho, recordándonos la miseria del lugar: botas de goma, fierros, latas, todos ellos construyen la obra. img 13. Con todo esto en mente, llama la atención la arbitrariedad con que se ha pretendido dirigir la resignificación del lugar, sustituyendo la denominación Ex–Cárcel, manejada por la mayoría de la gente, por el rótulo Parque Cultural Ex–Cárcel, reduciendo forzosamente todo posible nuevo significado al de cultura. Me pregunto si efectivamente todo lo que fue la Cárcel hoy es el Parque, y me respondo que no, toda vez que existen otros significados asociados al recinto que trascienden lo cultural, aún cuando se vean sobrepasados por el arte en muchos ámbitos. Las instalaciones patrimoniales se sostienen por sí solas; van más allá de la organización coyuntural del lugar y existen con su valor simbólico independientemente del parque. Lo mismo ocurre con la función recreativa que cumple el lugar, estando abierto para el esparcimiento familiar como plaza cerrada. Sin embargo, y respaldado por una programación riquísima en eventos y actividades, el parque parece no dar espacio a la espontaneidad de la gente, que acude convocada a “culturizarse”. Siguiendo a Octavio Paz (1994) y su idea del arte como la religión moderna de Occidente, podríamos entender este intento por sustituir el significado de cárcel por el de arte situándonos en una relación de oposición entre la prisión, vinculada a las cualidades peor ponderadas por una sociedad y a la degradación del ser humano en la privación de su libertad, por una parte, y la supremacía ética del arte, a quien se le otorga la capacidad de inculcar los mejores valores a la humanidad, por otra. Tanto a través de talleres como de espectáculos, el Parque Cultural Ex – Cárcel proporciona las posibilidades para que los que no tienen acceso a la cultura lo tengan. Este discurso, sin embargo, no sólo está afirmado por un grupo de elite como los funcionarios de gobierno y artistas organizados, sino que ha encontrado además una gran acogida en la gente común y corriente, que suele auto-convocarse para ser “culturizada”. Así, el término cultura termina finalmente por consolidarse como predominante en el discurso referido a la ex-cárcel. A modo de conclusión El valor simbólico de la ex-cárcel es inmutable. Su condición patrimonial, sus cualidades arquitectónicas, históricas y topográficas trascienden la condición particular del presente. Por ello existe una vinculación afectiva con el espacio como referente de la identidad de ciudadanos pobladores de este sector de Valparaíso. Esto me hace especular que cualquiera fuera/sea la función del lugar, la comunidad mantendría su proximidad y se haría parte del proyecto. Aún así, es innegable que el significado predominante que adquiere actualmente la ex – cárcel está fuertemente centrado en la noción de cultura, en la necesidad por parte de la gente de participar de actividades artísticas y asistir a espectáculos. Así se usa hoy lo que fue la cárcel: como espacio de encuentro y de tránsito, de memoria y cultura; como ejes (desiguales) de la construcción y preservación de la identidad. Finalmente, creo importante recordar que casi todos siguen llamando “ex–cárcel” a este lugar, a pesar de los esfuerzos por parte de ciertos sectores de dirigir la resignificación a su antojo. En parte la idea ya está instalada, pero mientras la gente mantenga el poder de nombrar, puede aventurarse que las mutaciones más profundas no han ocurrido aún. Aún se va a la (ex) cárcel, y no al parque. Referencias bibliográficas Paz, O. (1994). “El uso y la contemplación”. Historia General del Arte. Madrid: Ed. Prado. Pincheira, A.M. (2000). Rehabilitación de la Ex Cárcel de Valparaíso. Puesta en valor de un Patrimonio pasado y presente de la ciudad de Valparaíso. Tesis de Título. Santiago: P. Universidad Católica de Chile. http://www.bifurcaciones.cl/006/carcelyparque.htm